22.7.11

Un día “normal”;


Después de la gira con las Cheetah Girls toco volver a casa, y volver al trabajo en el set de Hannah Montana. Aquella primera mañana, desperté en nuestra casa de Los Ángeles con la voz del sistema de alarma que decía “puerta de entrada abierta”. Lo que significaba que alguien de mi familia había salido a pasear a los perros. Salí a rastras de la cama, me cepille los dientes, me duche y abrí uno de mis dos armarios. Ambos estaban repletos de más ropa de la que podría ponerme en todo un año. La mitad de la ropa la compre en Forever 21 y Walmart, y la otra mitad eran regalos de diseñadores como Chanel, Gucci y Prada, que empecé a recibir a medida que despegaba la serie. Es una vista rápida a las dos facetas de mi vida, lo que yo misma elijo y lo que la gente quiere que me ponga, todo comprimido y difícil de localizar en esos dos armarios.
En cuanto estuve vestida, persuadí a uno de los miembros de la familia con carnet de conducir para que me llevara al set de Hannah Montana a tiempo para el ensayo de las 8 de la mañana. Paramos para comer a las 12.30. Mis compañeros de reparto (Mitchel y Emily) y yo nos pusimos al día, contándonos las novedades de nuestras vidas en un tiempo record, y volvimos al trabajo.
Tras el ensayo, me dirigí a una sesión fotográfica para la portada de la revista Seventeen, y luego volví a casa para trabajar en una canción que tenia que estar lista para la sesión de grabación de la semana que viene. Cene con la familia (excepto papá, que estaba fuera de la ciudad, y Brandi, que estaba en su apartamento) y regrese luego a mi habitación para revisar el correo electrónico.
Me registre a AOL y vi una foto espontanea de mi misma como pagina de inicio. ¡No estaba mal, esta vez! Mas tarde inicie sesión en Miley World (si, yo también tengo una contraseña para la pagina web de Miley World) para leer el correo de mis fans. Posteriormente me acosté, dormí, me desperté, me lave y me prepare para repetir. 
Era la segunda temporada de Hannah Montana. Podía afirmar con seguridad que mi vida había cambiado.

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